domingo, 12 de febrero de 2012

Desilusión ...


Pasaron los días y él no marco. Seguí  mí rutina. No me quèdaba de otra más que esperar. La esperanza cada vez era menos, sin embargo  valió la pena tanta demora. Llegó la llamada que tanto anhelaba. Escuchar esa voz gruesa y sexy  diciéndome ¡Hola! ¿Cómo has estado? Fue emocionante. Me quedé pasmada, no sabía que decirle. Los nervios se apoderaron de mí, pero inmediatamente reaccione.  Comenzamos a platicar de qué habíamos  hecho en los días anteriores, una  conversación demasiado aburrida  a mí parecer.

  En cuanto se termino la llamada, mi ilusión de intentar una relación seria con él, desaparecía.En seguida le marqué a mí amiga Itza, sabía que platicar con ella me haría bien; me dijò que era una idiota, que  ese hombre solo quería aprovecharse de mì. Por más que le busqué justificación a la actitud tan indiferente de ese hombre,  la única respuesta fue lo ya  dicho por  mí amiga: solo me quería para tener sexo.

Traté de seguir mí vida como si nada hubiera pasado. Obviamente me costaba mucho trabajo. Nunca había estado en una situación en donde me sintiera tan utilizada por un estúpido hombre. Lo único que quería, era desquitarme por lo que me habían hecho. Comencé a buscar víctima. Lógicamente tenía que ser alguien más débil que yo. Sé que nadie tenía la culpa de mis frustraciones e idiotismo al dejarme ilusionar por un patán, pero con alguien tenía que desquitarme.

Ese hombre débil que tanto bùscaba, llegó finalmente. Se llama Rodrigo, físicamente muy apuesto, mentalmente es una basura. Es amigo de mi primo Luis. Siempre creí que Rodrigo era muy inteligente, pero conociéndolo más a fondo  me dì cuenta que las apariencias engañan. Es ese típico hombre guapo, creído, que siente que lo sabè todo y no es más que un hijo de papi, perdido en la ignorancia y en el alcohol.

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